DESARROLLO
La agricultura venezolana y los problemas fitopatológicos
La diversidad geográfica y agroecológica de Venezuela han determinado el desarrollo de una gran variedad de cultivos a través de la historia, con sistemas de manejo muy diversos, desde totalmente manuales, con bajo uso tecnológico, hasta altamente mecanizados, con intenso uso de recursos (FAO 2009). Esas características han propiciado la aparición de enfermedades e insectos plagas, causantes de reducciones significativas de la producción, que despertaron en los productores, técnicos, sociedades gremiales, organismos oficiales y privados el interés por tratar de controlarlos y de disminuir sus efectos.
Ingenieros agrónomos, agrícolas, forestales, biólogos, técnicos superiores de universidades, institutos de investigación como el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA), el Instituto de Estudios Avanzados (IDEA), la Fundación para la Investigación Agrícola DANAC, la Fundación Azucarera para el Desarrollo, la Productividad y la Investigación (Fundacaña), el Centro Internacional de Investigación del Plátano (Ciplat), Centro Frutícola del Zulia-Corpozulia, entre otros, asociaciones de productores como la de los Productores Rurales de Portuguesa (Asoportuguesa), Asociación Nacional de Cultivadores Agrícolas (ANCA), Asociación de Productores de Semilla Certificada de los Llanos Occidentales (Aproscello) y empresas privadas, entre otros, han participado, a través de la ejecución directa y/o el financiamiento, en el diagnóstico, la investigación, el desarrollo, la innovación tecnológica (DIDT) y la formación de profesionales que conlleve al manejo de tales problemas fitosanitarios.
La implementación de DIDT también ha variado en el transcurso de la historia. Ha cubierto las áreas de micología, bacteriología, nematología, virología; y en cada una de éstas, se ha avanzado en la etiología, epidemiología, control cultural, químico, biológico, mejoramiento genético de variedades y el manejo integrado; utilizando desde técnicas tradicionales hasta la biología molecular, espectroscopia infrarroja transformada de Fourier (FTIR) y la implementación de la agricultura de precisión, mediante el uso de sensores remotos, de imágenes satelitales o de drones. Estas tecnologías han permitido mejorar el tiempo de respuesta y disminución de las pérdidas por enfermedades e insectos plagas.
Un aspecto importante ha sido el desarrollo de empresas públicas y privadas en la producción y aplicación de controladores biológicos (hongos, bacterias, virus, microorganismos eficientes) y orgánicos (extractos vegetales, biofertilizantes, humus) en un intento por restituir el equilibrio natural de los suelos y el ambiente, afectados por la contaminación ocasionada por la agricultura moderna (Arcia y Bautista 2009, Zambrano et al. 2014, Colmenares y Arcia 2019).
En una revisión resumida de algunos de estos cultivos y sus patologías (Cuadro 1) destacan, por ejemplo, el cafeto (Coffea arabica L.), un cultivo que conjuntamente con el cacaotero (Theobroma cacao L.) marcaron el inicio de la agricultura de exportación en Venezuela. Entre los problemas fitosanitarios del café resaltan la roya (Hemileia vastatrix Berk. y Broome), reportada por primera vez en el país en 1984 (Silva-Acuña et al. 1997). Esta dio inicio a trabajos de diagnóstico, epidemiología, mejoramiento genético y control. Así mismo, la broca (causada por el insecto Hypothenemus hampei Ferrari (1867), fue reportada por primera vez en el Táchira (Fernández y Cordero 2007). En este caso los fitopatólogos se vieron involucrados en el desarrollo de su control biológico, mediante el uso de los hongos Beauveria bassiana Bals. (Vuillemin) y Lecanicillium (Verticillium) lecanii Zimmerman (Montilla et al. 2006, Barranco et al. 2009).
Cuadro 1.- Principales cultivos en Venezuela, su distribución geográfica y principales problemas fitopatológicos en el período 1960-2017.
Cultivo |
Distribución geográfica (Regiones o Estados) |
Principales problemas fitosanitarios |
Ajonjolí |
Portuguesa, Barinas. |
Marchitez por Fusarium, pudrición carbonosa por Macrophomina. |
Algodón |
Portuguesa, Barinas, Guárico. |
Picudo del algodonero. |
Arroz |
Portuguesa, Barinas, Guárico. |
Piricularia, otras manchas de hojas. |
Cacao |
Sur del Lago de Maracaibo, Miranda, Monagas. |
Moniliasis, escoba de brujas, pudrición de la mazorca. |
Café |
Cordillera Andina, Monagas, Miranda. |
Roya, broca. |
Caña de Azúcar |
Portuguesa, Sur del Lago de Maracaibo, Lara, Yaracuy. |
Candelilla (Aenolamia sp.), roya, pokkah boeng. |
Frutales |
Zulia, Los Andes, Yaracuy, Carabobo, Aragua. |
Pudrición apical de la guayaba, antracnosis, tristeza de los cítricos, nematodos. |
Hortalizas |
Los Andes, Lara, Carabobo, Aragua, Falcón. |
Bacterias, rizoctoniasis, hernia de las crucíferas. |
Musáceas |
Sur del Lago de Maracaibo, Aragua, Portuguesa, Barinas. |
Sigatoka negra, nematodos, hereque, pudrición del tallo, picudo. |
Leguminosas |
Aragua, Yaracuy. Portuguesa, Barinas, Los Andes. |
Macrophomina, roya, marchitez por Fusarium. |
Maíz |
Portuguesa, Barinas, Yaracuy, Guárico. |
Punta loca, rizoctoniasis, marchitez por Fusarium, manchas de hojas. |
Papa |
Los Andes, Lara, Carabobo, Aragua. |
Candelilla tardía, rizoctoniasis, pudrición del cuello, insectos, marchitez bacteriana, sarna polvorienta. |
Tabaco |
Aragua, Cojedes. |
Rizoctoniasis, virus. |
Por su parte, el cacao, reconocido internacionalmente por su calidad, ha presentado como principales problemas fitosanitarios, la pudrición de la mazorca y cáncer del tronco (Phytophthora sp. (E. J. Butler) E. J. Butler), la escoba de bruja (Moniliophthora perniciosa (Stahel) Aime y Phillips-Mora, comb. nov.) y la moniliasis (Moniliophthora roreri Cif. HC) (Evans et al. 1978, Parra et al. 2009). Trabajos sobre distribución geográfica, manejo cultural, químico, biológico y mejoramiento genético se han realizado para el control de estas enfermedades (Castellano et al. 2005, Parra et al. 2005, Sánchez-Cuevas y Marín 2005, Medina et al. 2013).
En el arroz (Oryza sativa L), la enfermedad fungosa más sobresaliente en el país y más devastadora en el mundo es la piricularia, causada por Pyricularia grisea (Cooke) Sacc (Magnaporthe oryzae) (Zambrano et al. 2006). Este patógeno se caracteriza por alta variabilidad genética que hace difícil las medidas de control químico y varietal, generando numerosas razas y dando origen a la introducción del concepto de linajes. Éstos han sido identificados y caracterizados a través de la reacción en cadena de la polimerasa, basada en elementos repetitivos (rep-PCR), con los iniciadores Pot2. Utilizando esta técnica, González et al. (2014) lograron identificar 13 linajes en los Llanos Venezolanos. De esta forma, el concepto de linajes se utiliza, para seleccionar materiales de arroz por su resistencia al patógeno (Arnao et al. 2008).
En relación a la caña de azúcar (Saccharum officinarum L.), los principales problemas fitopatológicos han sido la roya (Puccinia melanocephala H. Sydow y P. Sydow), pokkah boeng (Fusarium moniliforme J. Sheld.), mancha de anillo (Leptosphaeria sacchari B. de Hann) y el carbón (Ustilago scitaminea Sydow.). El principal método de control estudiado y utilizado en el país ha sido el de mejoramiento genético para la obtención variedades resistentes (Urdaneta y Borges 2008). Algunos insectos, en cuyo control se han involucrado los fitopatólogos son Aeneolamia varia (F) (Homoptera: Cercopidae) y Diatraea saccharalis (F) (Lepidoptera: Crambidae) a través del uso de los hongos Metarhizium anisopliae (Metsch.) Sor., y Beauveria bassiana, en el primer caso; y M. anisopliae y la bacteria Bacillus thuringiensis (Berliner), en el segundo (Salazar 1988, Zambrano et al. 2014).
Por su alto volumen de consumo, el maíz (Zea mays L.) constituye el principal cultivo de Venezuela. Así mismo, es uno de los cultivos más afectados por enfermedades e insectos plagas, que atacan el follaje, las raíces y la inflorescencia. Una enfermedad que en el pasado generó gran movilización fue la conocida como punta loca o mildiú lanoso del maíz (Sclerophthora macrospora (Sacc.) Thirum) (Malaguti et al. 1977) y que gracias al mejoramiento genético, hoy en día es un problema superado.
Entre las enfermedades fungosas más frecuentes resaltan las del follaje causadas por el complejo Helminthosporium: Setosphaeria turcica (Luttr) Leonard & Suggs. (Hexserohilum turcicum = Dreschlera turcica (Pass.) Subram. & Jain) y Cochliobolus heterostrophus (Dreschler) Dreschler (Bipolaris maydis (Y. Nisik & C. Miyake) Shoemaker) (CIMMYT 2004). Aunque el mejoramiento genético ha contribuido a reducir los daños causados por estas enfermedades, continúan siendo el objetivo de gran cantidad de aspersiones químicas. Quizás, la enfermedad que más capta el interés en la actualidad es la mancha bandeada de la hoja, ocasionada por Rhizoctonia solani f. sp. sasakii Exner (Corticium sasakii (Shirai.) Matsumoto, sin Thanatephorus cucumeris (Frank) Donk), sub grupo AG1 IA, que, igualmente, induce la enfermedad de la pudrición parda de la mazorca. Es una enfermedad muy destructiva en los estados llaneros del país, en el cual se ha desarrollado ampliamente, por su efectividad, el uso del control biológico con Trichoderma (García et al. 2008).
Una de las áreas de investigación de gran utilidad para la agroindustria, fue sobre la producción de micotoxinas en granos de maíz (Luzón et al. 2003). Entre los insectos plagas, dos de ellos: el barrenador (Diatraea saccharalis) y el cogollero (Spodoptera frugiperda J. E. Smith) del maíz sobresalen por las investigaciones y uso de los hongos entomopatógenos M. anisopliae, B. bassiana y la bacteria B. thurigiensis, lo que ha contribuido a su incorporación en las prácticas de manejo del cultivo (Goyo 2005, Rodríguez 2008, Zambrano et al. 2014)
En cuanto a los frutales, renglón muy extenso en el país, sobresalen aquellos de mayor consumo, como las musáceas (Musa spp.), las cítricas (Citrus spp.), el aguacate (Persea americana Mill.), la lechosa (Carica papaya L.). Algunas enfermedades, como la antracnosis, son comunes a ellas, pero otras son específicas y han merecido atención particular. Las musáceas, por ejemplo, han tenido afectación general por la sigatoka negra (Micosphaerella fijiensis Morelet.) en casi todo el país (Martínez et al. 2000) y los estudios han estado centrados básicamente, en el diagnóstico y distribución de la enfermedad, epidemiología, control químico, evaluación de resistencia en materiales nacionales e introducidos. Otras enfermedades limitantes del cultivo son las causadas por bacterias: pudrición del pseudotallo (Pectobacterium sp. y Dickeya sp.), hereque o moko (Ralstonia solanacearum) y los nematodos, en las cuales se han realizado trabajos de diagnóstico, manejo cultural y biológico (Ordosgoitti et al. 1970, Cedeño et al. 1990, Bracho et al. 2001, Trujillo et al. 2003, Vivas et al. 2009).
En el caso de los cítricos, el virus de la tristeza (CTV), reportado por primera vez en Venezuela en 1960 (Knorr et al. 1960), causó la destrucción de unas 30.000 ha en 1980, por lo que recibió especial atención en esa época a través de la evaluación de variedades, control de vectores, limpieza de materiales genéticos, propuestas de protección cruzada, indexación de materiales, entre otros (Ochoa et al. 1994).
Actualmente, un nuevo problema preocupa a los productores, técnicos, organismos oficiales y la agroindustria; se trata de la enfermedad del dragón amarillo o Huanglongbing (HLB). La enfermedad fue aparentemente encontrada por primera vez en plantas atípicas en el estado Portuguesa, en 2011, confirmado después en 2016 en Carabobo y Yaracuy. Para el 2017 se confirma en Carabobo, Yaracuy y Aragua (Geraud et al. 2019, Marys et al. 2020). Se realizan estudios sobre el uso de entomopatógenos para el control de la Diaphorina citri, agente vector de la bacteria, fortalecimiento de las metodologías de diagnóstico de ésta con técnicas moleculares, medidas de prevención y mitigación de la enfermedad (IICA 2019).
Por su versatilidad, la papa (Solanum tuberorum L.) es el componente de raíces y tubérculos más consumido en el país. Su cultivo se realiza a partir de los 800 m de altitud, a temperaturas por debajo de los 25 ºC y presenta una diversidad de enfermedades e insectos plaga, cuya incidencia y severidad depende de la ubicación geográfica y de la época de cultivo. La enfermedad más común y devastadora de este cultivo es la candelilla tardía (Phytophthora infestans Mont. de Bary.). La rapidez con que el patógeno ataca obliga a realizar controles inmediatos e intensivos, de allí el interés por estudiarlo y atender su manejo. En ese aspecto, se realizaron, y continúan realizándose, trabajos sobre la caracterización de sus poblaciones, epidemiología, el control químico, varietal, cultural y orgánico (Rodríguez 2001, Zapata et al. 2003, Rodríguez et al. 2008, Rodríguez et al. 2009). Otro de los problemas limitantes del cultivo es la marchitez bacteriana (Ralstonia solanacearum Smith), especialmente para la producción de semilla, debido a que los lotes de terreno donde se encuentre presente esta bacteria son descartados para tal fin (García et al. 1999). A nivel del tubérculo, se presenta un problema, que, aunque cosmético, afecta fuertemente la producción comerciable, especialmente en la zona andina; se trata de la sarna polvorienta (Spongospora subterranea (Wallr.) Lagerh). En relación a esta enfermedad, se han realizado trabajos de diagnóstico, caracterización molecular (Bittara et al. 2013), evaluación varietal, control biológico y orgánico (García et al. 2005, Bittara et al. 2009).
La Sociedad Venezolana de Fitopatología, centro de aglutinación técnica
En el año 1966, funcionarios de distintas instituciones involucradas en el acontecer agrícola del país y preocupados por el estado sanitario de los cultivos deciden reunirse y realizar el Primer Seminario Nacional de Fitopatología. El 20 de septiembre de 1971, en el marco del Segundo Seminario, acuerdan crear la Sociedad Venezolana de Fitopatología (SVF), aunque su protocolización se hizo en el año 1985. Se conformó como una Sociedad Civil de carácter científico sin fines de lucro, cuyos objetivos eran “promover y estimular el estudio científico de las enfermedades de las plantas, fomentar el desarrollo de la ciencia fitopatológica, el espíritu de investigación, divulgación y enseñanza y en general todo lo relacionado con el progreso de esta ciencia en Venezuela”; además, reunir en su seno a todas aquellas personas cuyas actividades estaban relacionadas con el estudio o aplicación de la Fitopatología (SVF 1971, 1985).
Estructura de la SVF
En sus inicios la SVF estuvo conformada por una junta directiva integrada por 5 miembros, a saber: Presidente, Vicepresidente, Secretario, Tesorero y un Vocal, además los Miembros fundadores y socios ordinarios. Posteriormente se amplió esa estructura incluyendo, en el año 1979, a los Delegados Regionales, y en el año 1991, al Secretario Ejecutivo y a los Socios Honorarios (SVF 1971, 1993)
La primera junta directiva de la SVF (1971-1973) estuvo integrada por el Ing. Agr. José Agustín González, (presidente), el Dr. Carlos Díaz Polanco, (vicepresidente), Dr. Asdrúbal Arcia (secretario), Ing. Agr. Alfonso Ordosgoitti (tesorero), y el Ing. Agr. Orlando Aponte (vocal). Hasta la fecha la SVF ha tenido 23 juntas directivas (Cuadro 2).
A partir de la conformación de la Sociedad, cada dos años en Asamblea general de socios se nombra una nueva junta directiva e igualmente se elige la nueva sede en la cual se realiza la reunión científica auspiciada por la SVF, que en un principio recibió el nombre de Seminario Nacional de Fitopatología, y luego, después de 1989, se decidió en Asamblea que pasara a llamarse Congreso Venezolano de Fitopatología (SVF 1993).
Los primeros representantes regionales que se designaron en 1979, fueron: Leida de Maruri (región zuliana), Alexis Pardo (región central), Eduardo Ortega (región centro oriental) y Conrado Daboin (región andina). Asimismo, con el aumento en el número de Socios en toda Venezuela, se amplió el número de estos representantes, incluyendo a los estados Aragua, Carabobo, Cojedes, Barinas, Zulia, Monagas, Miranda y Distrito Capital, Yaracuy, Falcón, Lara, Mérida, Táchira, Trujillo (SVF 1993, 2013).
Con relación a la Secretaría Ejecutiva, desde su aprobación en Asamblea de Socios en 1991, se han nombrado 4 secretarios: Francisco Ochoa (1991-1993), Iraima Rodríguez (1993-2003), Ligia Carolina Rosales (2003-2007) y Yonis Hernández (2007-2013) (SVF 2013).
Cuadro 2. Juntas directivas de la Sociedad Venezolana de Fitopatología desde 1971 hasta 2015.
Año |
Presidente |
Vicepresidente |
Secretario |
Tesorero |
Vocal |
1971-1973 |
José Agustín González |
Carlos Díaz Polanco |
Asdrúbal Arcia |
Alfonso Ordosgoitti |
Orlando Aponte |
1973-1975 |
Carlos Díaz Polanco |
Hermógenes Flores |
Orlando Aponte |
Juan Renaud |
Otton Holmquist |
1975-1977 |
Fernando Morales |
Juan Renaud |
José M. Camino |
Luis Subero |
Clemente Lárez |
1977-1979 |
Carlos Díaz Polanco |
Carlos Navas |
Juan Pineda |
Luis Subero |
Clemente Lárez |
1979-1981 |
Luis Subero |
Eduardo Quintero |
Juan Pineda |
Gunta Smith |
Cesar Escovar |
1981-1983 |
Hermann Nass |
Cesar Escovar |
Hilda de Alvarado |
Conrado Daboin |
Carlos Nava |
1983-1985 |
Asdrúbal Arcia |
Calos Nava |
Gustavo Trujillo |
Nelly de Albarracín |
Carlos Zambrano |
1985-1987 |
Gino Malaguti |
Juan Renaud |
Oswaldo López P. |
Nelly de Albarracín |
Dilcia A. de Marcano |
1987-1989 |
Carlos Zambrano |
Conrado Daboin |
Claudio Mazzani |
Mario Garrido |
Asdrúbal Aponte |
1989-1991 |
Conrado Daboin |
Clemente Lárez |
Francisco Ochoa |
Renato Crozzoli |
Berto Arias |
1991-1993 |
Clemente Lárez |
Rodolfo Acevedo |
Asdrúbal Díaz |
Maria C. Sánchez |
Williams Hidalgo |
1993-1995 |
Rodolfo Acevedo |
Otton Holmquist |
Raul León Palencia |
Luis Bautista |
Lilian Bracamonte |
1995-1997 |
Rixio Santos |
Juan Pineda |
Máximo Matheus |
Nelitza Rincón |
Freddy Bracho |
1997-1999 |
José M. Camino |
Juan Pineda |
Reinaldo Cardona |
Pastor Petit |
Dorian Rodríguez |
1999-2001 |
Luis Subero |
Nelly S. de Albarracín |
Yolanda Guevara |
Asdrúbal aponte |
Dercy Parra |
2001-2003 |
Luis Subero |
Nelly S. de Albarracín |
Yolanda Guevara |
Asdrúbal aponte |
Dercy Parra |
2003-2005 |
Dorian Rodríguez |
Julitt Hernández |
Dilcia A. de Marcano |
Manuel Delgado |
José Velásquez |
2005-2007 |
Julitt Hernández |
Nixon Jiménez |
Erika Arnao |
Giomar Blanco |
Rosaura Briceño |
2007-2009 |
Alex González |
Erika Arnao |
Guillermo Perichi |
Eduardo Graterol |
Zunilde Lugo |
2009-2011 |
Juan Pineda |
Clemencia Guedez |
María Elena Sanabria |
Dilcia Ulacio |
Erika Arnao |
2011-2013 |
Luis Bautista |
Eduardo Graterol |
Marlyn Escalante |
Rosa Vera |
Maritza Lara |
2013-2015 |
Luis Bautista |
Daysi Araujo |
Marlyn Escalante |
Bridget Moreno |
Jenny Cova |
Número de miembros
Al momento de su creación, 25 miembros suscribieron el Acta Constitutiva de la Sociedad (SVF 1971), la mayoría de los cuales eran profesionales que pertenecían a la Universidad Central de Venezuela (UCV), Universidad Experimental Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), Universidad de Oriente (UDO), Universidad de Los Andes (ULA), Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET), Universidad del Zulia (LUZ) e Institutos de Investigación, principalmente el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA); no obstante, a lo largo de los años fue creciendo y extendiéndose gracias a la labor de sus socios, los cuales se encargaron de dar a conocer la existencia e importancia de la Sociedad, por lo cual se fueron sumando profesionales pertenecientes a diferentes entidades privadas y públicas relacionadas al agro, así como también, estudiantes de las carreras de agronomía y afines, y productores agrícolas. En el año 1973, habían inscritos 27 miembros; entre los años 1989-1993, se contaron 274 socios, y para el año 2013, 327 socios (SVF 1971, 2013).
Reuniones auspiciadas por la Sociedad
Se han efectuado en 49 años, 11 seminarios (1966-1989), celebrando el I y II Seminario Nacional de Fitopatología, en Maracay, edo. Aragua (1966 y 1971 respectivamente); el III en Maturín, edo. Monagas (1972); el IV en Barquisimeto, edo. Lara (1975); el V en Acarigua–Araure, edo. Portuguesa (1977); el VI en Maracaibo, edo. Zulia (1979); VII en San Cristóbal, edo. Táchira (1981); el VIII en Trujillo, edo. Trujillo (1983); el IX y X Maracay, edo. Aragua (1985 y 1987 respectivamente) y el XI en Trujillo, edo. Trujillo (1989). Asimismo, se realizaron 13 congresos (1991-2015) en forma ininterrumpida cada 2 años (Acevedo 2015).
Durante las reuniones se presentaron los resultados de investigación organizados en secciones, según el organismo patógeno: hongo, bacteria, nematodo o virus. En algunas oportunidades existió la sección de otros patógenos donde se incluyeron enfermedades causadas por protozoarios, por etiologías desconocidas y misceláneos. Importante notar que entre el 40 y 60 % de los trabajos fueron sobre enfermedades causadas por hongos, lo cual es un reflejo de la importancia de estos organismos en las patologías de los cultivos nacionales. En cada una de estas secciones, se incluyeron trabajos sobre etiología, ecología, epidemiología, control biológico, orgánico, químico, cultural, biotecnología, entre otros (Cuadro 3).
En el interés de la SVF de profundizar en la formación de las nuevas generaciones de fitopatólogos, en los Congresos se estableció un concurso con incentivos económicos, de Trabajos Especiales de Pregrado, Maestría, y de Tesis de Doctorado. Este premio se creó en 1995 y se denominó “Dr. Carlos Díaz Polanco” (SVF 1995), hasta la fecha con nueve ediciones y 43 estudiantes participantes (Cuadro 3). Así mismo, se realizaron concursos “Al Mejor Afiche” publicado y la “Estampa Fitopatológica”.
Cuadro 3. Trabajos científicos presentados en los Seminarios y Congresos Venezolanos de Fitopatología (Período 1975-2015).
Sociedad Venezolana de Fitopatología
Evento |
Agente Etiológico |
Total |
Premio* |
Ho |
Ba |
Vi |
Ne |
OP |
IV Seminario Nacional de Fitopatología. 1975. Barquisimeto, Lara. Libro de Trabajos completos |
16 conferencias sobre las enfermedades que afectan los cultivos: cítricos, mango, aguacate, ajonjolí, algodón, arroz, sisal, tomate, ajo, cebolla, cucurbitáceas, hortalizas, café, coco, palma, caña de azúcar, leguminosas y pimentón. |
V Seminario Nacional de Fitopatología. 1977. Acarigua – Araure, Portuguesa. Libro de Resúmenes |
19 |
0 |
4 |
1 |
4 |
28 |
ND |
VIII Seminario Nacional de Fitopatología. 1983. Trujillo, Trujillo. Libro de Resúmenes |
44 |
9 |
15 |
6 |
0 |
74 |
ND |
IX Seminario Nacional de Fitopatología. 1985. Maracay, Aragua. Memorias |
69 |
5 |
19 |
8 |
0 |
101 |
ND |
X Seminario Nacional de Fitopatología. 1987. Maracay, Aragua. Rev. Fitopatología Venezolana 1(1):22-49 |
79 |
15 |
28 |
6 |
3 |
132 |
ND |
XI Seminario Nacional de Fitopatología. 1989. Trujillo, Trujillo. Rev. Fitopatología Venezolana 2(2):29-65 |
78 |
20 |
23 |
7 |
4 |
132 |
ND |
XII Congreso Venezolano de Fitopatología. 1991. Maturín, Monagas. Rev. Fitopatología Venezolana 4(2):44-68 |
64 |
18 |
13 |
10 |
13 |
118 |
ND |
XIII Congreso Venezolano de Fitopatología. 1993. San Cristóbal, Táchira. Rev. Fitopatologia Venezolana 6(2):42-68 |
67 |
24 |
15 |
17 |
6 |
129 |
ND |
XIV Congreso Venezolano de Fitopatología. 1995. Mérida, Mérida. Rev. Forestal Venezolana 1(1):1-154 |
183 |
21 |
34 |
20 |
17 |
275 |
ND |
XV Congreso Venezolano de Fitopatología. 1997. Maracaibo, Zulia. Rev. Fitopatología Venezolana 10(2):24-54 |
75 |
16 |
19 |
12 |
0 |
122 |
6 |
XVI Congreso Venezolano de Fitopatología. 1999. Barquisimeto, Lara. Rev. Fitopatología Venezolana 12(2):33-75 |
90 |
31 |
13 |
18 |
19 |
171 |
4 |
XVII Congreso Venezolano de Fitopatología. 2001. Maracay, Aragua. Rev. Fitopatología Venezolana 14(2):44-82 |
78 |
27 |
16 |
16 |
25 |
159 |
0 |
VIII Congreso Venezolano de Fitopatología. 2003. Maracay, Aragua. Rev. Fitopatología Venezolana 16(2):42-79 |
86 |
25 |
27 |
11 |
4 |
153 |
8 |
XIX Congreso Venezolano de Fitopatología. 2005. Barquisimeto, Lara. Rev. Fitopatología Venezolana 18(2):40-75 |
87 |
13 |
14 |
15 |
13 |
142 |
7 |
XX Congreso Venezolano de Fitopatología. 2007. San Felipe, Yaracuy. Rev. Fitopatología Venezolana 20(2):47-93 |
96 |
37 |
20 |
23 |
16 |
192 |
5 |
XXI Congreso Venezolano de Fitopatología. 2009. Margarita, Nueva Esparta. Memorias |
127 |
27 |
13 |
11 |
17 |
195 |
5 |
XXII Congreso Venezolano de Fitopatología. 2011. Trujillo, Trujillo. CD Memorias |
104 |
24 |
15 |
12 |
8 |
163 |
5 |
XXIII Congreso Venezolano de Fitopatología. 2013. Caracas, Distrito Capital. Disponible en https://bit.ly/3o9QBVN |
81 |
34 |
12 |
8 |
16 |
151 |
3 |
XXIV Congreso Venezolano de Fitopatología. 2015. San Cristóbal, Táchira. Memorias ISBN: 978-980-6300-93-4 |
66 |
9 |
6 |
10 |
14 |
105 |
7 |
Ho: Hongos; Ba: Bacterias; Vi: Virus; Ne: Nematodos; Op: Otros patógenos se incluye: protozoarios, etiología desconocida y misceláneos, trabajos informativos. ND: No disponible.
*Trabajos postulados al Premio Dr. Carlos Díaz Polanco.
Además de estas reuniones bianuales, las cuales constituyen el eje central de la sociedad, la SVF contribuyó a perfeccionar el nivel profesional de sus miembros a través de la organización de conferencias, mesas redondas, cursos y talleres, realizados en la modalidad de eventos pre-congresos, durante los congresos o post-congreso, dirigidos a profesionales, técnicos y estudiantes sobre los diferentes aspectos fitopatológicos que afectan la productividad de los cultivos (SVF 1993, 2013). Importante resaltar el “Taller sobre la Docencia de la Fitopatología en Venezuela” realizado en 1993, en la sede de la UCLA, Barquisimeto, estado Lara, organizado por la SVF y cuyo objetivo fue evaluar comparativamente los contenidos programáticos y métodos de enseñanza de la Fitopatología a nivel Superior en Venezuela, con miras a obtener pensa de estudios homogéneos, en concordancia con la realidad agrícola nacional (SVF 1993).
Por su estrecha relación con otras organizaciones, la SVF ha motivado a sus miembros a su participación en otros eventos (seminarios, congresos) auspiciados por ellas (en algunos casos con el apoyo de la SVF), ya sean nacionales y/o internacionales, tales como, la Sociedad Botánica de Venezuela (SBV), Sociedad Venezolana de Mejoramiento Genético y Biotecnología Agrícola (SOVEMEB), Sociedad Venezolana de Entomología (SVE), Sociedad Venezolana de Microbiología (SVM), Asociación Latino Americana de Fitopatología (ALAF), Sociedad Americana de Fitopatología (APS), Sociedad Brasilera de Fitopatología (SBF), Organización de Nematología de los Trópicos Americanos (ONTA) y Sociedad Interamericana de Horticultura Tropical (ISTH), entre otras. Es destacable, la reunión de la APS-División del Caribe, con el auspicio de la SVF, realizada en el año 1995 en Mérida, estado Mérida.
Publicaciones de la SVF
La SVF logró mantener desde sus inicios hasta el 2015, el boletín informativo semestral de la SVF, y desde 1988 participó activamente en la comunidad científica internacional con la creación de la revista Fitopatología Venezolana, la cual se encuentra indizada por BIOSIS (Abstracts of Mycology), CAB-INTERNATIONAL (Nematological Abstracts, Review of Plant Pathology y Seed Pathology and Microbiology) y Abstracts on Tropical Agriculture (Acevedo 2015). En la revista se publican todos los resúmenes presentados en cada Congreso Venezolano de Fitopatología.
Además de las publicaciones ya señaladas, la SVF auspició una serie de boletines especiales y libros sobre temas fitopatológicos de gran importancia tales como: Las enfermedades de la yuca (González 1973), Lista de patógenos (Díaz y Salas de Díaz 1973), Temas de Virología (Díaz et al. 1979), Clave preliminar para géneros de Ascomicetos asociados con plantas cultivadas en Venezuela (Hanlin y Tortolero 1985) e Insectos vectores de enfermedades de plantas (Trujillo et al. 1985).
Papel de la Sociedad Venezolana de Fitopatología ante los retos de la sanidad vegetal en el país y el mundo
Los Seminarios de Fitopatología y, posteriormente, los Congresos Venezolanos de Fitopatología, han sido los escenarios, no solo para presentar los avances de investigación científica y tecnológica, transferencia de conocimientos y formación técnica, sino también, para la discusión de los principales problemas fitosanitarios que aquejan la agricultura del país y el mundo, así como, la legislación vigente, convocando a los principales actores del acontecer fitosanitario a foros, charlas y reuniones con autoridades ministeriales.
En ese andar de la SVF, algunas áreas han marcado particularmente el interés y el esfuerzo de sus miembros a nivel nacional. El primero de ellos es la Patología de Semillas. En este aspecto, Venezuela ha tenido excelentes programas de mejoramiento genético en los cultivos de maíz, sorgo, caraota, frijol, arroz y caña de azúcar (Laurentin 2020), que han dado origen a variedades altamente rendidoras, adaptadas a las condiciones del país; sin embargo, lograr que esos materiales muestren su potencial en el campo pasa por garantizar que se mantenga la calidad fitosanitaria de su semilla, ya que son varios los riesgos que se presentan durante su almacenamiento, procesamiento y siembra que pueden conducir a su ataque por patógenos como Penicillium, Aspergillus y Fusarium, entre otros. Son numerosos los trabajos que en esta área se han desarrollado en el país, en los cuales Luis Subero y sus estudiantes dieron un gran impulso a la misma; la SVF ha propiciado los escenarios para el intercambio de ideas, formación de grupos de trabajo, evaluación de tecnologías, entre otras.
Si se incluye en este renglón a los viveros de frutales, aún no existen suficientes fuentes de material de propagación confiables que garanticen el estado fitosanitario de las plántulas. Aunque se conoce la metodología para la obtención de plantines libres de enfermedades, la falta de incentivo, de infraestructura y de rigurosidad legal para lograr ese objetivo siguen siendo deficientes, por lo que continúan diseminándose los patógenos que causan enfermedades fungosas, bacterianas, virales y los nematodos en cultivos tan importantes como los cítricos, el mango y el aguacate; estos últimos sujetos del mercado de exportación.
Otra de las áreas, en la cual la investigación, la docencia y la transferencia de tecnología funcionaron y lograron gran parte de sus objetivos fue la producción de plantas sanas a través del cultivo in vitro. Las universidades y los institutos de investigación agrícola establecieron sus infraestructuras de investigación y transferencia; así mismo, algunas iniciativas privadas y organizaciones de productores invirtieron y aun funcionan produciendo sus propios materiales de siembra. Ejemplo de ellos son la empresa de producción de plántulas de frutales Martínez Guarda en el estado Aragua, y la Asociación de Productores Integrales del páramo (Proinpa), en Mucuchíes, estado Mérida, quienes continúan produciendo su semilla de papa y ajo. Recientemente, la finca Punta Larga del estado Aragua, ha iniciado la producción de su propio material de siembra de bananos. Todas estas iniciativas han utilizado el talento humano venezolano y el conocimiento generado en las distintas universidades e institutos; con lo que se demuestra la capacidad que existe en el país; sin embargo, igual a lo señalado anteriormente, falta la política que incentive y promueva el desarrollo de esta área de la producción, toda vez que para algunos cultivos ésta es la única vía de obtener semillas libres de enfermedades.
Otra de las áreas de significativo aporte y avance en el país ha sido la del Control Biológico de Enfermedades e Insectos Plagas. La SVF ha jugado un papel importante en la promoción y uso de esta tecnología, a través de los trabajos pioneros de socios como Carlos Díaz Polanco, Carlos Zambrano, Miguel Asdrúbal Arcia, Rodolfo Acevedo y Juan Pineda. Se marcó el inicio de la investigación y uso de esta tecnología en el país, así como la formación de generaciones de fitopatólogos en la disciplina (Díaz-Polanco y Castro 1977, Pineda y Gonnela 1988, Rosales et al. 2008, Arcia y Bautista 2009, Guédez et al. 2012, Salazar et al. 2012, Zambrano et al. 2014).
Con el interés de contribuir al logro de una agricultura sana, hace unos 20 años se dio inicio en el país a la investigación y transferencia en el control orgánico de enfermedades e insectos plagas, tanto directa, como indirectamente, a través del uso de extractos vegetales, enmiendas orgánicas como los biofertilizantes y el humus de lombriz, entre otros. Esto, conjuntamente con el control biológico y el mejoramiento genético, han marcado el inicio de la concientización de los productores y consumidores sobre uso racional del control químico y alternado con los métodos naturales, mediante la aplicación de un Manejo Integrado del Cultivo. Los congresos de la SVF muestran cómo se incrementaron las actividades en estas áreas. Además, en el mercado nacional se observa aumento de empresas privadas dedicadas a la producción y comercialización de estos insumos.
Aunque se han dado los primeros pasos en adaptar la legislación venezolana (Zambrano et al. 2014), todavía existe una deuda pendiente sobre ésta que regule la producción y calidad de los agentes biológicos y orgánicos. Recientemente, se han realizado estudios que proponen un modelo de gestión sostenible, considerando la normativa internacional sobre la infraestructura requerida, los elementos del control de calidad y reglamentación (Colmenares y Arcia 2019); para seguir avanzando hacia un desarrollo sostenible (o sustentable), definido éste como aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones (Universidad Autónoma Chapingo et al. 2019).
La situación del país requiere una participación más activa en la exportación de productos agrícolas, lo que implica la discusión del sistema regulatorio legal, así como, el desarrollo de laboratorios especializados en el diagnóstico de plagas y enfermedades, y laboratorios de referencia para definir la calidad, tanto de los insumos biológicos, como de los productos a exportar.
Varios son los insectos plagas y enfermedades que existen en el mundo que constituyen una amenaza ante la posible entrada al país. Se han listado unas 1.072 especies cuarentenarias, de las cuales: 88 son hongos, siendo dos de las más importantes Fusarium oxysporum f. sp. cubense Raza 4 Tropical (FOC R4T) y Cercospora kikuchii (Tak. Matsumoto & Tomoy.) M.W. Gardner; 117 son bacterias, entre las que se incluye a Xylella fastidiosa Wells et al. 1987; 84 son nematodos, siendo unos de los más relevantes Longidorus spp. y Tylenchus spp; 127 grupos de virus, siendo Banana bunchy top virus (BBTV) y Citrus leprosis virus (CiLV) dos de las especies de alto riesgo; el resto son malezas, gastrópodos y artrópodos (Rodríguez et al. 2020). Esto demuestra los retos que enfrenta la fitopatología de los próximos años, para lo cual debe prepararse desde ya, en la docencia, investigación y las medidas de prevención y contención, ante la inminencia de la llegada al país. Un caso de alerta máxima actual es el de FOC R4T, que llegó a Colombia en 2019 y amenaza con su entrada a Venezuela, con lo cual se corre el riesgo de pérdidas incalculables en todos los cultivares de musáceas del país (Martínez et al. 2020).
Aunque la situación política, económica y social ocasionó la suspensión indefinida de los Congresos Venezolanos de Fitopatología, los miembros de la SVF continúan realizando sus labores en cada región del país y es cuestión de tiempo para que se retomen las reuniones y luchar en conjunto por la solución de los problemas fitopatológicos de la nación.